Plataforma La Floresta Habla

A raíz de nuestra implicación en los movimientos locales de mejora del barrio de La Floresta, en 2014 participamos en la gestión de La Floresta Habla, una plataforma vecinal de diálogo articulada alrededor de inquietudes comunes e iniciativas de interés general que trascienden problemáticas individuales.

Parte de las pulsiones y aspiraciones vecinales de los habitantes de La Floresta derivan de las tensiones y las implicaciones ecológicas de vivir dentro del Parque de Collserola. Así, el detonante de La Floresta Habla fue la redacción del Plan municipal de Pavimentación contra el polvo y el fango, que prevé destinar 2,5 millones al asfaltado de caminos y que suponía la impermeabilización de 9 hectáreas de territorio. Este plan generó una doble movilización, una reacción polarizada: por un lado, una serie de colectivos como Los árboles hablan, el 15-M, etc., movidos por la defensa medioambiental; por otro lado, un colectivo de vecinos con 40-50 años de vida en el barrio y con hipoteca, que reivindicaban el asfalto.

En respuesta a la reacción de la plataforma, el Ayuntamiento presentó un nuevo documento, el Plan de Mejora de La Floresta, que tomaba como punto de partida un proyecto redactado el año 2013 por el Área Metropolitana de Barcelona. El documento ofrecía una lectura sensible del estado actual de La Floresta, poniendo en valor la idiosincrasia urbana del barrio en relación con su entorno natural y proponiendo criterios de actuación para la redacción de un Plan de Movilidad local.

A la vista de la oportunidad de reflejar en el nuevo Plan las mejores soluciones técnicas y medioambientales para el contexto y la participación de los vecinos, se inició un diálogo y se montaron unas jornadas en el Casino que se tradujeron en un proceso de participación espontáneo cargado de ilusión. Estas jornadas hicieron crecer la ambición vecinal y dieron vuelo al enunciado, ya convertido en “¿Qué Floresta queremos?”.

 

¿Cómo salvar la distancia comunicativa entre los planos y los no arquitectos?

“La Floresta Grand Tour” fue un ejercicio de pedagogía, de comunicar una lectura urbana con un lenguaje accesible. Ponía en evidencia que los caminos objeto del plan, los que pretendía asfaltar, eran los que quedaban por asfaltar, los que quedaban al lado del parque, más cerca de las puertas, los culs de sac, los más alejados y desligados de la red viaria básica, los más domésticos, los que estaban en contacto con la mayoría de pasajes y escaleras.

Una de las singularidades de La Floresta es la pérdida de orientación y el hecho de situarse en el límite entre un espacio urbano y el parque. La plataforma tomó conciencia de ser un trozo de urbanidad que se infiltra en un parque. Poco a poco se fue orientando hacia un diálogo en el que había consenso en asfaltar, pero con una serie de condiciones: había que tomar en consideración las rieras y los torrentes a la hora de urbanizar. La Floresta es un territorio de borde, muchas de sus calles terminan en cul de sac, haciendo explícito que el medio urbano es finito. La Floresta es un barrio al que se accede por muchas puertas. Algunos cruces tienen signos de ser plazas, significados pobremente como lugares de encuentro.

Se hacía evidente, pues, que el proyecto no consistiría en una mera urbanización. La plataforma decidió cambiar el enunciado: no se trataría de asfaltar, sino de definir ámbitos de apropiación –zonas de prioridad invertida– y de cuidar el contacto con las puertas –plazas– y con los pasajes –escaleras. Se propuso una tecnología que permitía pactar con el mundo de las infraestructuras: bandas pequeñas y permeables, aceras asimétricas.

 

¿Cómo coproducir el proyecto?

Se elaboró un proyecto que serviría de base para el concurso que el Área Metropolitana tenía previsto licitar. Esta propuesta desplegaba una serie de criterios y se ofrecía como un manual de actitudes: instaurar la prioridad invertida, adaptar el trazado a las diferentes secciones, ser asimétrico para reflejar la diferencia de relación con un lado urbano y otro forestal, tratar de ser permeable, etc. El proyecto establecía unos criterios de priorización del proceso de pavimentación, definiendo un conjunto de variables que determinaban el orden de prioridades según la urgencia de actuar.

A pesar del esfuerzo colectivo, el documento que se acabó licitando prescindió de los objetivos del manual, tanto en lo que se refería a la participación como respecto al diálogo con el Parque. Pese a que el manual ha sido útil en cierto sentido, el proyecto pone de manifiesto las dificultades de la participación y evidencia la desidia de la administración.

 

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Fecha inicio 16/02/2014
Fecha final En curso
Título Plataforma La Floresta Habla
Misión Urbanización participada
Tipología Urbanización
Emplazamiento La Floresta, Sant Cugat del Vallès. Barcelona
Superficie 9 ha
Promotor Plataforma La Floresta Habla
Coproductor Plataforma La Floresta Habla

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