Fragmentos de Ciudad

Una torre, dos escaleras urbanas

Una misma construcción -vertical y esbelta- situada en un extremo del patio de maniobras del parque de bomberos se alza en el paisaje interior del Vall d’Hebron con dos vocaciones completamente diferenciadas.

Por un lado se ofrece como torre de prácticas, es decir, el escenario «lo más realista posible» donde ejercitar -cuerpo a cuerpo- con los elementos arquitectónicos concretos de la ciudad. Por otro, concentrada sobre la arista que la delimita, la torre se muestra como una piel continua y protectora que dialoga –cara a cara- con la gran escalera de la ciudad.

La ciudad concreta (la de las ventanas, los balcones y los vecinos) y la ciudad de las infraestructuras, del movimiento y del paisaje de gran escala, se encuentran.

Carne y piel

La torre, que se eleva sobre la suma de fragmentos, está hecha de la sobreposición de dos simulaciones de ciudad: A levante, la carcasa construida y tangible configura un «mock-up» volumétrico de recortes reproducidos de la ciudad común. Es la cara doméstica, la de la actividad, la que se ocupa y tiene vida. A poniente, una fachada abstracta, perfila la presencia de la torre en el skyline del sitio y convoca la memoria.

Un homenaje al patrimonio arquitectónico contemporáneo de la ciudad

Los paneles prefabricados de Tir amb Arc, de Enric Miralles y Carme Pinós, permanecen apilados desde hace años a pocos metros del emplazamiento. Su abandono sugiere encontrarles un destino memorable. No tan ligado a la reconstrucción del galardonado equipamiento, que demandará una nueva fabricación, un nuevo estándar, como la de la vindicación de su memoria y de un destino.

Proponemos pues darles una nueva vida, más adecuada, reubicandolos en una nueva disposición como envolvente de la nueva torre, conservando así su interlocución con el paisaje por el que fueron originalmente diseñados. La nueva torre gozará así de una piel funcionalmente ciega y protectora pero, emotivamente, será una piel con una textura propia, con significado y con una historia.

Sostenibilidad

La forma y número de paneles disponibles permite formular la reutilización de estos particulares elementos constructivos constituyendo, también así, un particular manifiesto de rehabilitación y sostenibilidad.

Por otro lado, atendiendo a las emisiones vinculadas a la fabricación/extracción de los materiales, la construcción del edificio responde a una construcción principalmente en seco y prefabricada optimizando así el tiempo de construcción y su posible futura reciclabilidad. Los materiales empleados son de origen reciclado: la estructura se propone de acero reciclado y las fachadas opacas son las piezas reutilizadas.

Una estructura ligera

La torre se levanta sobre una estructura ya existente que ofrece 4 pilares de hormigón sobre una cimentación formada por un gran encepado que cumple con las normativas actuales y que no admitiría la construcción de una torre de peso elevado. En consecuencia, la torre de bomberos de 8 plantas de altura se concibe como un armazón estructural superior que debe ser necesariamente ligero y solidario con el conjunto de los soportes preexistentes. Se trata de una estructura íntegramente metálica que se corresponde verticalmente con la estructura de hormigón y que distribuye su conjunto de solicitaciones estructurales concentrando la resultante en el ámbito conjunto que configuran los 4 soportes. Se minimiza también el peso del resto de elementos constructivos (forjados, fachadas y escaleras) y se construye exclusivamente donde el programa funcional lo requiere, dejando la estructura a la vista en todo el resto de superficies. La estructura metálica será tratada según los requerimientos de la normativa y los específicos que se requieran para la actividad a realizar.

Se logran así las premisas de minimización del peso propio y del reparto de los efectos de la nueva construcción sobre su base.